Monreal, mal necesario
Ramón Zurita Sahagún jueves 22, Dic 2022De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La diferencia es amplia y a simple vista se nota, entre el manejo legislativo de los coordinadores del Senado y el de la Cámara de Diputados, existe un abismo muy grande.
La manera de tratar los temas legislativos y las iniciativas de ley son muy distintas.
Uno, Ricardo es un político que asume sus responsabilidades y sabe llamarles a las cosas por su nombre, el otro, Ignacio, es un improvisado que ni siquiera obedece bien a los que le dictan los renglones que lee.
Ricardo Monreal sabe de lo que le hablan y ofrece soluciones o remiendos si son necesarios. Ignacio Mier es todo lo contrario, es un improvisado que sirve al Presidente, sin importar los equívocos que comete.
El “plan B” de la reforma electoral propuesto por el Ejecutivo federal, con modificaciones en leyes secundarias, deja nuevamente en evidencia el trabajo del poblano Mier, un simple peón dejado para la operación de los diputados por su jefe Mario Delgado.
Mier en su propósito servil por protegerse de una serie de acusaciones en su contra y encaminarse a la candidatura de Morena al gobierno poblano acata todos los ordenamientos que le son hechos, aunque no los cumple y no por falta de ganas, sino por su propia torpeza.
Cree que obedecer ciegamente es parte de sus tareas y se está convirtiendo en un escollo para el desarrollo de los planes de su partido y los gobernantes a lo que desea servir.
Van dos reformas, de las consideradas prioritarias para el actual gobierno que Mier no puede concluir, ambas reformas constitucionales. La primera, la ley eléctrica que fue rechazada por contener modificaciones constitucionales y que Mier no supo aterrizar entre los diputados de oposición y la electoral, que corrió la misma suerte.
Sin embargo, en la electoral se le abrió una segunda oportunidad de mostrar sus alcances y sirvieron para “regarla”, ya que atendió la instrucción de aprobarla a la brevedad, por lo que se le dio trámite en forma rápida, no sin antes dejar que le metieran mano sus aliados del Verde y del Trabajo, lo que vino a complicar las cosas.
Avezado como es, Ricardo Monreal recibió la minuta de los diputados y apreció una serie de errores que se contraponen a la Constitución, por lo que anunció que se le daría trámite normal, nada de prisas y habría que analizarla.
Su decisión provocó un alud de protestas entre su propia bancada y desde otros ángulos de la 4T, entre los que no son bien vistos aquellos que razonan.
Ricardo, doctor en derecho y conocedor de la Constitución, apreció una serie de errores que pone en riesgo la reforma y que habrán de cambiarse, para realizar las modificaciones que se requieren.
Y es que nadie quiere cargar con la responsabilidad de que entes como el PT, el Verde y otros más que aparezcan en el camino y subsistan en las condiciones tan ventajosas en que asentaba la minuta de los diputados. Aquí es donde Movimiento de Regeneración Nacional debe darse cuenta de que Monreal es necesario en el lugar que ocupa y que la grilla palaciega no ayuda a que el partido y el gobierno se consoliden.
Ricardo Monreal es un mal necesario dentro de Morena, aunque reciba críticas de sus propios correligionarios por no mostrar fe ciega en las órdenes que salen de Palacio Nacional, ya que es preferible un Ricardo Monreal, que cinco o diez Ignacio Mier.
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Finalmente, serán seis de los bloques de la reforma electoral B los que sufran modificaciones por el Senado de la República, para que en cuanto se aprueben sea enviada a la colegisladora y generadora de dicha iniciativa. Se trata de evitar que los vicios del procedimiento en la Cámara de Diputados puedan provocar que la Suprema Corte de Justicia de la Nación anule la reforma, así como el contenido de las normas que más preocupan.